El FBI ha mandado este jueves un nuevo aviso por el secuestro de una mujer estadounidense en el Estado de Colima, al este de México. El comunicado llega en medio de las tensiones entre Estados Unidos y México, originadas tras el secuestro a principios de marzo de cuatro estadounidenses en el municipio de Matamoros, en Tamaulipas, un suceso que terminó con el asesinato de dos de ellos.
María del Carmen López, de 63 años, fue secuestrada de su residencia en la pequeña localidad de Pueblo Nuevo el 9 de febrero. El servicio de seguridad ha ofrecido 20.000 dólares a cambio de información que ayude a localizar a la mujer que, destacan, “es ciudadana estadounidense”. El FBI ha comenzado las investigaciones junto a las autoridades de México.
La desaparición de los cuatro estadounidenses ha llevado hasta el momento a la detención de seis personas por secuestro, cinco de las cuales también fueron acusadas de homicidio. Estas últimas fueron entregadas presuntamente por el Cartel del Golfo, atados y acompañados de una cartulina, en la que exponían que los individuos habían actuado “bajo su propia determinación e indisciplina”.
Lo ocurrido en Matamoros ha dado alas a los conservadores estadounidenses para respaldar su estrategia electoral, alimentada por un discurso antimexicano. En los últimos días, algunos congresistas republicanos han tratado de presionar a México para que replantee su estrategia de seguridad para desinflar al narco en la región, y ha propuesto encasillar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas. Las respuestas por parte del Ejecutivo liderado por Andrés Manuel López Obrador no tardaron en llegar. El presidente llamó “mequetrefes e intervencionistas” a los políticos que propusieron llevar al Ejército de EE UU contra los cárteles en el interior de la frontera de México.
“Los militares estadounidenses no van a resolver el problema de los cárteles, esas propuestas no traen las soluciones que necesitamos”, exponía la semana pasada en una de sus conferencias de la mañana. Por su parte, el canciller Marcelo Ebrard también mostró su descontento con el discurso crítico de EE UU, asegurando que no permitirían “que atropellen a México”. El pasado lunes, López Obrador aseguraba que “México es mucho más seguro que EE UU”, y aseguró que buscará refrendar el diálogo con la Administración de Joe Biden.