El gran partido del fútbol americano será protagonizado por dos franquicias desterradas del éxito en los últimas décadas y con dos talentosos mariscales de campo: Garoppolo y Mahomes
Los 49ers, equipo que recupera su nombre por la fiebre de oro en California en 1849, tuvieron un rotundo éxito en la década de los ochenta y parte de los noventa al ganar cinco campeonatos. Desde 1995, año de su último título, sufren de una escasez de alegrías. En 2013 llegaron al Super Bowl frente a Baltimore Ravens, pero lo perdieron. Ese año fueron catapultados por Colin Kaepernick, el quarterback que protestó en contra del racismo y la brutalidad policiaca ejercida contra la comunidad afroamericana. Su rodilla hincada cada que sonaba el himno de Estados Unidos se replicó con otros colegas. La NFL prohibió las protestas, Kaepernick quedó exiliado de San Francisco y de la Liga. Hasta la fecha no tiene equipo.
La franquicia de San Francisco parecía estar a la deriva. Así que los gestores decidieron echar un vistazo para encontrar a otro gran lanzador. Así encontraron a Jimmy Garoppolo, quien dejó los circuitos universitarios en 2014 para jugar en New England Patriots. O intentar jugar porque estaba bajo la sombra de Tom Brady, el quarterback más laureado del fútbol americano. Permaneció tres temporadas como el suplente, hasta que el hartazgo le llevó a aceptar el mejor contrato en ese año: cinco años por 137,5 millones de dólares. Una ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda le marginó toda la temporada. En esta temporada, con la rodilla recuperada, Garoppolo de 28 años, llevó a los suyos ser los mejores de la Conferencia Nacional. Ya en los juegos de postemporada devoraron a los Vikings (27-10) y por último a los favoritos Green Bay Packers (37-20).
En Kansas City, una franquicia que solo ha ganado una edición del Super Bowl en 1970, se han encomendado a Mahomes. Con 24 años ha encantado a la NFL al reanimar a un equipo que estaba relegado de la gloria. La temporada pasada, junto con un gran trabajo defensivo, llevó a la franquicia a la antesala del Super Bowl. En su camino se cruzó con los New England Patriots. Y, cuando parecía que el relato sería a favor del talentoso novato Mahomes, Tom Brady le sacó del bolsillo el triunfo, en el tiempo extra, y también el boleto al Super Bowl.
La revancha de Kansas City no tardó. En la temporada fueron uno de los mejores conjuntos de la Conferencia Americana. Ya en los playoffs sacaron el camino a los Houston Texans con un aparatoso triunfo (51-31) y este domingo sacaron del camino a los Tennessee Titans (35-24), los mismos que echaron del campeonato a los Patriots de Tom Brady, quien no ha confirmado si continuará jugando o se retirará con 42 años.
El 2 de febrero, en Miami, el fútbol americano vivirá un punto de inflexión cuando los quarterbacks del hoy y mañana, Patrick Mahomes y Jimmy Garoppolo, busquen inaugurar una nueva etapa en la NFL que celebra sus 100 temporadas de historia y en ninguna se habían cruzado en un Super Bowl Kansas City y San Francisco.
Con información de Diego Mancera de El Pais.