En términos generales, podemos decir que la obesidad es un desequilibrio entre las calorías que se consumen y las que se queman. Sin embargo, en los últimos años la evidencia científica ha demostrado que esta condición es mucho más compleja. Por ello, hoy es reconocida como una enfermedad por varias autoridades como la Federación Mundial de la Obesidad y la Asociación Médica Americana.
Además de ser un factor de riesgo para la salud, hoy la obesidad es considerada como una enfermedad. Este enfoque es el primer paso para atender esta epidemia mundial.
El motivo por el cual la obesidad es considerada una enfermedad crónica, y no sólo un factor de riesgo, es que cumple “con el proceso del modelo epidemiológico de una enfermedad, con la diferencia de que los agentes tóxicos o patológicos se relacionan con el estilo de vida y no con un agente patógeno externo”, según información de la Federación Mundial de la Obesidad. Eso quiere decir que la obesidad se comporta como una enfermedad porque es recurrente, multifactorial y neuroconductual, entre otras cosas.
La obesidad es el resultado de un conjunto de factores genéticos, psicológicos, físicos, ambientales, metabólicos, hormonales y de señales de apetito, por nombrar algunos. Además, también está relacionada con factores como el estrés, la inactividad física, la falta de sueño y la menopausia, de acuerdo con la Asociación de Medicina de la Obesidad.
En el mundo hay más de 650 millones de personas viviendo con obesidad, según la Organización Mundial de la Salud, y reconocerla como una enfermedad es el primer paso para atender esta epidemia mundial. “Para que eso suceda hay un largo camino que recorrer”, explicó el profesor Ian Caterson, jefe de la investigación del estudio ACTION IO (por sus siglas en inglés) financiado por Novo Nordisk, que es la más importante realizada a nivel mundial para investigar sobre las barreras que existen en el manejo de la obesidad, desde las perspectivas de las personas con esta condición y los profesionales del cuidado de la salud. El estudio muestra que uno de los primeros obstáculos hacia un tratamiento efectivo está relacionado con las diferentes percepciones que tienen los médicos y los pacientes, sobre cómo se vive la condición. Por ejemplo: 71% de los profesionales del cuidado de la salud piensan que las personas con obesidad no están interesadas en perder peso.
En contraste, 81% de las personas con obesidad han hecho, por lo menos, un esfuerzo significativo para bajar de peso en el pasado. ¿Por qué es importante entender a la obesidad como una enfermedad? Primero que nada, entender a la obesidad como una enfermedad le quita al paciente la idea de que el sobrepeso es sólo su responsabilidad. Hay que tomar en cuenta que, según datos de ACTION IO, 81% de las personas que viven con obesidad creen que su condición es completamente su responsabilidad.
Algunos miembros de la comunidad médica no están de acuerdo con que la obesidad sea vista como una enfermedad, debido a que creen que es una forma de que el paciente deje de responsabilizarse de su propia salud. Por otro lado, lo que argumentan las organizaciones y asociaciones que aceptan a la obesidad como una enfermedad, es que es una manera de quitarle a los pacientes el peso de que están solos en la lucha contra el peso. Adicionalmente, “esta forma de acercarse a la obesidad permite pensar en tratamientos más integrales con una atención multidisciplinaria, porque queda claro que la obesidad es una condición compleja y multifactorial”, afirmó Ian Caterson.
Por último, de acuerdo con la Asociación de Medicina de la Obesidad, este enfoque muestra que una vez que se trata la condición, muchas de las enfermedades asociadas a la obesidad como la diabetes, el cáncer y enfermedades cardiovasculares, pueden ser eliminadas. La Dra. Olivia Barata Cavalcanti, Directora de Ciencias y Educación de la Federación Mundial de Obesidad, afirmó que entender a la obesidad como una enfermedad crónica, además de ser considerada como un factor de riesgo, es fundamental para desarrollar planes que ayuden a revertir los siguientes datos a nivel global, de la Organización Mundial de la Salud. Hay 1.9 mil millones de personas con sobrepeso. En 2016 había 120 millones de niños con obesidad.
En 2017, 11 millones de muertes se vincularon con la obesidad. (Dato de estudio publicado en abril 2019 en The Lancet). El costo anual de la obesidad es de 2 billones de dólares.
Con información de Milenio.